
La extracción de la vesícula biliar es una de las operaciones más corrientes en pro de que la persona afectada viva con menos dolor y más salud. Pero esa vesícula nos vino dada por naturaleza, tenía una ubicación en el cuerpo y cumplía unas funciones. Por tanto, no podemos hacer como si eso no hubiera sucedido. Uno de los órdenes del amor descubiertos por Bert Hellinger se expone de la siguiente forma: “Todo el que forma parte de la familia tiene el mismo derecho a ella que los demás”.
Para explicarlo mejor, recojo las palabras del libro Historias que se cuentan en silencio de Carlos Bernués: “No se puede excluir deliberadamente a nadie del sistema; por ejemplo, haciendo como si no hubiera existido —como es el caso con muchos abortos—, olvidándolo, relegándolo, desvalorizándolo o condenándolo. Si esto ocurre, el sistema provoca un movimiento compensatorio para colocar a otro en el lugar del excluido y así establecer el equilibrio. En sentido inverso, la enfermedad o la desgracia de un miembro no pueden compensarse mediante la expiación de otros miembros de la familia para aliviar la culpa que les produce estar sanos o estar vivos. Dicho de otra forma, la exclusión o disminución de uno no cambia en nada el lugar del otro”.

Con cariño, Aga Umpiérrez